Empezar a aprender un segundo idioma a una temprana edad es posible y ventajoso para los niños. Todos los niños tienen la capacidad cerebral para aprender un segundo idioma en los primeros años de vida.
Niños bilingües están en contacto con un segundo idioma desde muy temprana edad y van desarrollando de forma más o menos paralela ambos idiomas. Al alcanzar una edad adulta un niño educado bilingüe está en capacidad de dominar ambos idiomas. He aquí algunas recomendaciones para empezar la educación de un segundo idioma a una temprana edad:
1. No se cree falsas expectativas
Los niños que están en contacto con una segunda lengua, sin la intensidad de niños bilingües, no pueden alcanzar los mismos resultados que estos. Los padres deben tener esto claro y no hacerse falsas ilusiones, como por ejemplo pensar que el niño con unas pocas horas de inglés a la semana va a hablar este idioma de una manera fluida.
2. Un idioma no se aprende sin el contacto físico-afectivo con una persona
Para el aprendizaje de un segundo idioma a una temprana edad lo más importante es el contacto de forma directa a través de la Guardería, una niñera o un profesor privado. Estudios han demostrado que el niño necesita un contacto directo afectivo con el idioma a aprender.
3. Aproveche la oferta de materiales variados para intensificar y motivar el aprendizaje
4. Cuanto antes comience mejor
Un niño bilingüe antes de comenzar a hablar una segunda lengua la ha escuchado por un periodo largo de tiempo, muchos desde su nacimiento. En niños no bilingües esto se puede lograr a través de materiales variados como CDs de rimas y canciones o con el apoyo de grupos para niños, oper o similares.
5. No interfiera directamente
No cometa el error de querer enseñar usted mismo la segunda lengua, sino la domina a la perfección. Lo más importante es que los padres no cometan el error de hablar a los hijos lo poco que saben en la segunda lengua, ya que esto confunde a los niños y les enseña el idioma con errores.
6. No presione demasiado a su hijo
7. Sea constante
Los impulsos del segundo idioma deben ser constantes ya que los niños aprenden rápido pero también olvidan rápido. El segundo idioma debe estar presente como parte de la vida y de la rutina del niño en la misma forma en que este acompaña a los niños bilingües.
Un viaje al extranjero, un curso de idiomas o un intercambio cultural o clases en el colegio pueden activar el vocabulario pasivo que el niño adquiere a través de los años. Si el segundo idioma es inglés, es muy probable que se aprenda desde temprana edad en el colegio, lo que complementa el esfuerzo que los padres vienen haciendo con el segundo idioma.
En CEAT contamos con grupos a partir de 3 años, en los que el juego y la diversión siempre está presente durante su aprendizaje, ya que hay que asociar el aprendizaje de una segunda lengua con experiencias positivas.
Fuente: educacionbilingüe.com
Jaime Cano Navarro
Jaime Cano Navarro